jueves, 26 de diciembre de 2013

Pavo de Segovia

El pasado domingo 22 de Diciembre fuimos a correr el Pavo de Segovia. Después del chasco del día anterior en Navaluenga, tenía ganas de hacer una buena carrera. Del equipo íbamos un montón, y encima, como era manga única, coincidiríamos todos en la misma prueba. 

Lo más llamativo de esta carrera es el último kilómetro antes de la línea de meta, que es en subida, no con mucho desnivel, pero que tiene un detalle muy importante: Es de adoquín, o pavé, como gusten de llamarlo, lo dejo a su elección. El caso es que después de pasar la línea de meta, no terminaba la subida no, se seguía subiendo otros 500 metros aproximadamente hasta finalizar la subida. Lo cual, como se puede ver, hace que el circuito no tuviese mucho misterio: Un triángulo, con un poco de plano y su buena subida. Aproximadamente, unos 10km. por vuelta.

La primera de ellas, fue neutralizada, un buen detalle de esta prueba, es que dejan correr a los infantiles de las escuelas, y al menos en la neutralizada vamos todos juntos y esta bien ver a chavales que les gusta este deporte. Otro detalle, en la inscripción, el seguro de licencia de 1 día corre a cargo del organizador, con lo cual es una prueba gratuita para todo el mundo. Y para acabar, que todo un ganador del Tour como Pedro Delgado se acerque a correr la carrera, pues tampoco esta nada mal.

En la segunda vuelta, ya empieza la gente a darse palos hasta en el carnet de identidad, aunque ninguno tirase para delante. Yo, como no estaba para mucha fiesta, decidí quedarme en el grupo, y a verlas venir, no ser que fuese de listo y luego me diesen a mi el primero. El tramo del adoquín, era donde más disfrutaba, como un crío (debe ser que yo veo 4 piedras y se me iluminan los ojos, no digo nada si las piedras están cuesta arriba). La gente se iba hacia la derecha, donde había un canal de cemento que podías ir más cómodo; servidor, iba por todo el medio, como los belgas.

Pasamos por meta y empezamos la última vuelta, y alegría allí atacaba hasta el apuntador, pero como siempre, no se iba ni el tato. Ya que estaba, para rellenar mi cupo, decidí arrancar en un parón del grupo (a esas alturas, ni pelotón ni leches), en un tramo plano. Lo malo, que nadie salió a mi rueda, y yo jurando en arameo. Como me debieron ver algo ahogado, vinieron a por mi Turégano y Pinturas, pero claro, todos detrás de ellos como posesos. Así que cuando estamos de nuevo todos juntos, para no pasar frío,  Turégano arranca otra vez y tira hacia delante, abriendo un buen hueco. 

Al poco, Borja y un Caja Rural salen a por él, y aquello volvía a ser la fiesta, todos moviéndose, para entrar bien colocado en la última subida. Me coloco al final del grupo y voy adelantando posiciones por el centro del adoquín (ojo a la gran cagada del día: pensaba que quedaba otra vuelta). Yo pensaba: "Debuti, ya hacemos un buen corte", cuando veo a la gente ponerse a esprintar, y según pasaban la línea de meta, pararse. Se me quedó una cara de tonto muy curiosa, con el posterior cabreo conmigo mismo.

Por lo menos, pasamos una buena mañana, y vi que tenía buenas piernas a pesar de correr el día anterior. Ya llevaba 4 carreras, sólo me quedaba una, la más importante...


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