SALZKAMMERGUT TROPHY 2011
5:00 de la mañana del sábado 16 de julio del 2011 en Bad Goisern, Austria. Una cinta de Intersport separa el 2º cajón en el cual estoy yo del 1º en el que se encuentra Luis junto a los "gallos" de la prueba. A mi izquierda, dos austríacos hablan entre sí, mientras que a mi derecha un par de portugueses cambian impresiones de la que se nos viene encima. La noche está cerrada, y el speaker de la prueba va dándonos información sobre la carrera, los controles de paso, tiempo límite, etc. Yo aún sigo con mi chubasquero puesto para evitar que el frío haga mella en nosotros. Mientras tanto, me digo a mi mismo qué coño hago yo ahí, y esta vez esta pregunta si que tiene mucho más sentido que otras veces esta temporada. Pero antes de comenzar con la crónica de la carrera, veamos cómo fueron los días anteriores.
LOS DÍAS PREVIOS
9:00 de la mañana del jueves 14 de julio del 2011. Barajas. En ese momento, nos encontramos el grupo que va a partir hacia Munich dejando nuestras maletas de la bici en la cinta que las va a introducir en el avión, el ambiente es muy bueno, sabiendo que vas a hacer un viaje muy chulo con un objetivo muy claro que es el de hacer una de las pruebas más duras del mundo. En la zona de embarque, estamos Luis y yo con lo típico..que si mira aquella como está, joder con la morena, la rubia, etc. mientras esperamos al resto del grupo, Gabi, Marta y el cartero a que hagan su aparición y realicemos la entrada en el avión.
DE TURISMO POR MUNICH, NO POR SALZBURGO
11:00 de la mañana, Munich. Las maletas no llegan. Mientras los otros 5 corredores que iban en el mismo vuelo que nosotros, entre ellos Pablo, recogen sus bicis, Luis, Gabi, Cartero y yo nos quedamos con una cara de subnormales mirando a través de los cristales de la terminal para ver si encontrábamos nuestras maletas. Iberia, esa gran compañía aérea española, nos había perdido las bicis. Eso sí, en Barajas, 75€ nos cobraron los jodíos por permitirnos llevar las bicis en su avión. Manda huevos, 13000 pelas y te pierden la bici. Tras reclamar e informarnos, la morena de Iberia (que encima estaba muy buena) nos dice que esperemos al siguiente vuelo de Madrid que llegaba a las 19:00 para ver si estaban ahí las maletas. Mientras unos pocos van a Obertraun en Austria a hospedarse en el hotel, Jorge (el cartero) y yo nos quedamos en Munich dando un paseín para hacer el tiempo, no en Salzburgo, que era una ciudad que se hubiese podido visitar sin ningún problema. Vemos la ciudad, el Allianz Arena, que por cierto, es la leche. Una ciudad que es mucho más limpia, ordenada y silenciosa que Madrid. Encima, todos y todas van en bici....y había cada morena y cada rubia subida en las 2 ruedas. Por supuesto, el respeto al ciclista aquí es máximo, no como en España, que te ven como un bicho raro, te pitan y si pueden te insultan. Qué le vamos a hacer, somos la taberna de Europa....Sin saberlo, nos plantamos en todo el medio de Munich, y vemos monumentos que ni idea de cuáles son, pero eso sí, en las fotos quedan cojonudas, vemos a una pareja de españoles que deben de estar de luna de miel o de aniversario, quién sabe, mientras nosotros estamos jodidos con el tema de las maletas. Las cervecerías se suceden, las estatuas y monumentos aparecen a a cada recodo, y tengo la sensación de que estoy en un pueblo, no en una ciudad. Aquí no hay gente gritando el tipico ¡Compro oro!, como si ves en la capital española, ni a gente saludándose de un lado a otro de la calle. Esto es Europa, no la taberna.
A las 19:00 nos personamos en la T1 de Munich, y la morena de Iberia nos dice que no llegan las maletas. Si en ese momento me das un guantazo en la cara, me duele menos. Había unas maletas que vio el cartero clavadas a las nuestras, les enseñamos nuestro ticket de maleta al hombre de seguridad y a la encargada de la zona de embarque y lo fueron a comprobar. Entre lamentos y "Sorry´s" nos dijeron que esas maletas venían de Italia...luego veríamos de donde venían.
UN RALLY ANTIGUO Y EMERSON FITIPPALDI AL VOLANTE
11:00 de la mañana del viernes 15 de junio de 2011. Obertraun, Austria. Me levanto tranquilamente pero apesadumbrado, con la idea en la cabeza de que no vamos a correr al día siguiente. Me imagino a la gente con sus bicis montadas, dando un paseo junto al lago para comprobar que todo va ok, acudiendo a la tarde a Bad Goisern para disfrutar del ambiente, etc. Segun abro la ventana de mi habitación oigo un "brrroooooooooommmm" a toda pastilla, y un Mustang del 70 y pico pasa a toda pastilla por delante mía. El despertar no pudo ser mejor, por lo menos me alegra el saber que nuestra casa está junto a la carretera por la que pasa un rally de coches antiguos. Mientras estamos viendo la carrera de coches, recibo una llamada. Pensaba que era mi madre o mi padre, para saber si sabíamos algo del material "Las bicis" oigo decir a Luis Pasteles detrás mía. "No, ya te digo yo que no" le contesto. Sin embargo, cuando voy a ver el nº de teléfono que hace la llamada, me fijo que esta es a través de un número privado, mis esperanzas aumentan al ritmo de los coches que siguen pasando a toda leche a nuestra espalda. Cuando descuelgo, efectivamente, es la morena de Iberia (al final me voy hacer amiga de ella) y en un cordial spanglish, me dice que ya tienen nuestras maletas. Eufóricos, nos recomienda que vayamos en persona a por ellas, porque no nos asegura que la compañía nos entregue las maletas a tiempo para poder disputar la carrera. Luis Pasteles y yo subimos en el Passat familiar y enfilamos a Munich en dirección contraria al rally. 3 horas y una pisada a una mierda en una área de descanso después, llegamos a la terminal, también nos comimos un atasco muy guapo en la zona del aeropuerto, con lo que sumado al de la tarde anterior con el cartero, me comí 2 atascos en menos de 24 horas. Llegamos a la T1 a la ventanilla de Iberia, para recoger las maletas y charlar de nuevo con la morena (que nos sirvió para confirmar 100% que si estaba buena) Eso sí, para poder recuperarlas, tengo que volver a entrar en la zona de embarque, pasar de nuevo el cordón de seguridad, y poner todos los bártulos en 2 carritos. Una vez fuera con las maletas, vemos que la hora que pone en la etiqueta de llegada de la maleta es de 19:42. Es decir, esas maletas fueron las que vio el cartero, con lo que las bicis estaban la tarde anterior en Munich. Yo no se que vieron los de Iberia, si iban con anfetaminas, si estaban bebidos, o vendían cupones de la ONCE, pero nuestras maletas eran las que estaban ayer por la tarde, NO las que vinieron de Italia. Tras cagarnos en todo Munich y sobre todo en Iberia muy a gusto (porque allí empiezas a insultar y casi nadie te entiende), y jugar un poco al tetris con las bicis metiéndolas en el coche (un tetris que duró una hora), enfilamos a través de las Autovan rumbo a Obertraun. Si para algo me sirvió este viaje, es para conocerme al dedillo la fisionomía de las Autovan en el sur de Munich.
EL MONTAJE ENTRE LA TARDE Y LA NOCHE
21:00 en Obertraun, Austria. Comenzamos a montar las bicis con rapidez (gracias a Iberia, no disfruté de la fiesta de Bad Goisern, ni de nada del ambientillo pre-carrera, y sí me tiré 6 horas metido en un coche por las autovan) , pues el sol se va. Todo funciona ok, las ruedas van bien, se ajustan los discos, el cambio no va al 100%, pero ahí esta Gabi el mecánico (nota: si te piras al extranjero a correr, asegúrate a uno que sea mecánico) para dejar el X0 como un sedal. Cenamos pasta por un tubo, de todos los sabores, colores y olores, mezclándolo bien con salchicha de Austria, carne y un buen yoghurt. A las 23:00, estamos metidos en el sobre, con el despertador puesto a las 3:00. Las patas, las tenemos reventadas de estar todo el día metidos en el coche, pero es lo que hay, de nada sirve lamentarse ahora. Bueno si, Luis y yo seguíamos cagándonos en la compañía Iberia, por habernos jorobado todo el plan del jueves-viernes.
A DESAYUNAR
Sábado 3:00 am. Obertraun, Austria. Pipipipi-pipipipi-pipipipi, el sonido del despertador a las 3:00 de la madrugada del Sábado 16 de julio. El día clave. Nos levantamos como podemos Luis y yo, y en apenas 5 minutos estamos vestidos y en la cocina metiéndonos entre pecho y espalda una mezcla de yoghurt con cereales, sandwich mixtos, cola-caos, pan integral, brazo de gitano, zumos, etc. Vamos, solo nos faltaba la francesa, pero es que a las 3 de la mañana haber quién se pone a hacer el Arguiñano.
Bajamos lentamente las escaleras con las bicis en peso, procurando no pegarnos un guarrazo por los escalones, y empezamos a desmantelar las bicicletas y meterlas en el maletero del Passat. Enfilamos dirección Hallstat y luego tiramos para Bad Goisern al ritmo de Pitbull y Neyo, en una emisora que pillamos por allí, la EnergyFM. Por lo menos, sirvió para enchufarnos un poco y despejarnos bien de cara a la salida. El aparcamiento que ni pintado, en un centro comercial, al aire libre y cerca de la línea de salida. Hay nervios, y el hormigueo en el estómago empieza a notarse. Es noche cerrada, y hay que montar las bicis cerca del coche, aprovechando la luz del mismo al tener la puerta abierta, y pensando qué llevar en el malliot. Finalmente, manguitos, 3 geles, 2 barritas, móvil, multiherramienta y chubasquero serían todo lo que llevaríamos en carrera. Después de la meada de rigor, vamos hacia la salida, Luis en el cajón nº1 y yo en el 2º.
EL OBJETIVO DEL AÑO

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Sin tiempo para más, comenzamos a subir el Hütteneckalm por otra vertiente a la anteriormente subida. UNa vertiente más larga y más dura, pero que subí con un ritmo alto que me asustó incluso a mí. En este tramo, nos atrapó Pablo, y comencé a charlar animadamente con él antes de iniciar el descenso hacia Weibenbach. En este tramo, nuevamente paso por la cueva de la montaña, y de nuevo una foto para el recuerdo, que vale mucho para mi, y que da un caché muy bueno dentro del mundo biker. Además, comienza de nuevo la bajada por las escaleras del pueblo, y de nuevo muy divertido, soltando frenos y dejando hacer a la KTM. Aquí voy en el grupo de Pablo, pero cuando entramos en el sendero después del pueblo, es donde muchos cometen el error grave de seguir a los corredores de las pruebas cortas, que nos pasan como obuses. Yo tenía muy claro, y como había hablado con Luis, de que sólo seguiríamos el ritmo de los dorsales rojos y azules, el resto, ni intentarlo. En este tramo, Pablo pilló rueda de uno de estos corredores, y en un pis-pas me metió un mundo. Comenzamos así una subida escalonada, primero hay que coronar el Chorinskyklause, para después de un tramo de descanso, ir a por el Hochmuth. Aquí es donde me salta la alarma: Apenas llevo agua en el bidón. Para compensarlo, decido levantar el pie un poco, y entretenerme con las vistas y la gente. Un subidón de moral me dio cuando vi a un good fighter (los corredores patrocinados por Cannondale) con una sola pierna. Eso me hizo ver que si él podía hacer una ruta así, aunque fuese la de 40km; yo podía terminar la prueba. Así que piano piano, coroné el puerto y enlazamos la bajada hacia Weibenbach. Aquí, paré en el avituallamiento, charle un poco con las jóvenes morenas que había dándonos los regriferios, y comencé el tramo de 30km. de "descanso" bordeando el lago Hallstat. Impresionante lo bonito que es y cómo en sus aguas se reflejaban con una enorme nitidez todas las montañas. Llegamos así tras 25km. de relax a Obertraun, en la zona del puente, donde hay un avituallamiento. El speaer de esta zona dice mi nombre y el característico "'¡Spanien!. Como se que viene el coco, relleno bien el bidón, me hidrato perfectamente, como bien, meadita de rigor, y enfilamos hacia el coco.
EL MONSTRUO
Antes de llegar a él, la organización te brinda unas vistas magníficas, y te hace pasar por una casa abandonada, mientras a su salida un miembro de la organización vibra como un futbolero cuando se entera de que eres ¡Spanien!. A la vez, tienes que poner la bici al hombro y pasar entre un grupito de gente con cencerros y su característico ¡HOP-HOP-HOP-HOP! En este momento, vamos en el grupo un italiano, dos eslovacos, un alemán y un austriaco. Hablo en inglés con el italiano, y al poco empezamos a hablar cada uno en su idioma. Expongo lo que más acojonó de la conversación:
-¿Es duro el Robalm?
-Ohhh e molto duro, e difficcile la ascensione a la questa montaglia

-Fiuuu, Zoncolane non e tan duro comparado con il Robalm.

El Robalm tiene una primera parte que vas paralelo a un teleférico que se llama el Salzberg. Es como entrar en la boca de un lobo. Un senderín oscuro, entre vegetación que te hace de nuevo que dobles la bisagra muchísimo, y que de nuevo el 27x34 sea tu mejor aliado. Empiezas a ganar altura my rápido, y a realizar curvas de herradura muy seguidas. 50 metros, curva, 50 metros, curva, así hasta 10 u 11 veces, aunque la última de todas decidí hacerla andando. Es una gilipollez forzar de más y por ejemplo romper la cadena o reventar aun más la musculatura. En este tramo, un alemán me dice que me prepare para lo que viene ahora. Y es que delante tuya, nada más salir de la vegetación, aparece un muro de asfalto de más de un 30% de desnivel. Había que hacerlo andando, y los pies se me salían de las zapatillas debido a la inclinación. Al finalizar este tramo, en un mirador, veo a Pablo. Estaba roto, y me habla de retirarse, pero le digo que ni en broma, que continúe, no se puede tirar así por la borda todo un año de entrenos, no hay que dejarse vencer por la montaña. Sigo unos cientos de metros y veo que suaviza si es que ponerse a un 15% de desnivel es que suavice), y le pego un berrido a Pablo para que se suba a la bici y siga, cosa que me consta que hizo ¡bien!.
Llego así al segundo tramo de la subida, el Robalm bueno (esto es como subir el Galibier por la cara del Telegraphe para que os hagáis una idea) 9 km. de 27x34, que hacemos un grupo de unos 6-7 como podemos, y con la musculatura completamente destrozada. Vamos subiendo a 4-5km/h y como mucho a 7km/h. El desnivel y la fatiga hace que seas un autómata que ni siente ni padece. Encima, ante la inmensidad de esas montañas, te dabas cuenta que eras un mindundi.
A BAD GOISERN POR FAVOR

¿PARA QUIÉN SI Y PARA QUIÉN NO?
Si te gusta ir a tope, en modo anaeróbico siempre que se pueda, no te guste pedalear más de 3-4 horas como mucho, y tu forma de montar en bici sea 100% agonista, esta no es tu prueba.
Sin embargo, si te mola el rollo de estar todo el día en la bici, desde la noche pasando por el amanecer hasta el atardecer, así como sufrir como un perro mientras vas a ritmo de tortuga tragándote 211000 metros y pasando por 1342540 estados anímicos, si te mola ver como los paisajes más bonitos que puedas imaginar se convierten a la vez en las mayores trampas, esta es tu carrera. Una carrera que no consiste en como se empieza y cómo se continúa, sino en cómo entras en las calles de Bad Goisern, si sobre una bici, o bajado de ella vestido de paisano por haberte retirado. Una prueba en la que no puedes calcular cuánto tiempo vas a tardar, en donde no valen las medias ni si te encuentras bien en el kilómetro 100. Una carrera, que más que física, es psicológica, y en donde te tratan como a un profesional. En definitiva, una de las mejores maratones por no decir la mejor del mundo entero. Tengo claro que voy a repetir, si no este año, al otro u al otro, pero no pasará mucho tiempo sin que vuelva a pedalear por esas montañas.
Después de leerme la crónica de Pablo, me voy a volver a poner los dientes largos, algún día espero verme en la salida.
ResponderEliminarSaludos!
Yo tambien llego desde la crónica de Pablo. Vaya dos pedazos de relatos, cada uno con su estilo.
ResponderEliminarLo que mas me ha gustado ha sido el: "¿PARA QUIÉN SI Y PARA QUIÉN NO?", un buen apunte final.
Ahora tendre que entrenar varios años para poder intentarlo si quiera.
Un saludo!
HOla. Gracias por leer el blog, se agradece mogollón ver que le gusta a la gente jejeje.
ResponderEliminarMas que entrenar mogollón y con mucha obsesión, lo que creo es que hay que tener la mente bien despejada y mentalizada. POr ejemplo, mi única preparación especial fue hacer el Soplao, el resto simplemente me dedique a realizar la temporada que tenia planificada, pruebas tipo Open, etc. que vienen bien para llevar el cuerpo al límite y acostumbrarte a pensar en ese límite.
Y os aconsejo ir, y si no es a la de 211km. pues a la de 143km. da igual, el ambiente es alucinante, y estamos a años luz de ellos y ellas. El resto, se podrá escribir de todo, pero cuando lo ves en persona uf... todavía se me pone la carne de gallina al recordarlo.
¡Saludos!
La Salzkammergut es la lucha de la mente contra el cuerpo. Seguir adelante cuando cada celula de tu cuerpo dice que no, que no puede mas y pide a gritos que pares y te retires.
ResponderEliminarFelicidades por la gran fuerza mental!