jueves, 3 de junio de 2010

Reventaito reventaito

Hoy tocaban series. Sin más comentarios, he terminado hecho un cristo, pero satisfecho con el rendimiento que he sacado de mí mismo.
A eso de las 10:30 estaba ya en el canto para salir a entrenar con Borja, que la verdad que me está ayudando bastante en esto de los entrenamientos y por lo que yo no puedo estar más que agradecido. Hoy la idea era hacer unas 2 horas de intensidad, previo rodaje suave y una vuelta a la calma final. Comenzamos a bajar el cencerrero, un tramo técnico (que por cierto la última vez que bajé por ahí me metí una galleta buena), tanto de bajada como de posterior subida.
De ahí, salimos a la zona de la Cañada Real que tira rumbo a Santiago, y tocó comenzar el primer bloque de series, que consistía en 3min. a tope+1min. de recuperación, así 3 repeticiones. Es decir:
3´+1´x3
Hacía mucho calor, y era importante hidratarse bien. Tras este primer bloque de series (en el que Borja iba por delante, servidor iba como podía y daban sus piernas) fuimos a la zona de la Pedriza a hacer el bloque 2 y 3. Hoy con eso de que era festivo la verdad que había mucha gente, pero bueno, con cierta precaución y avisando con tiempo la gente se apartaba tranquilamente.
Así, por asfalto (en los tramos duros duros) o por senderos rotos, conseguí completar el bloque 2, y el 3, aunque hay que decir que en este último, de las 3 series sólo hice 2, ya con la última no podía ni conn mi alma. Así, mientras esperaba a que Borja terminase la última suya, me hice un par de sprints para no quedarme frío, y ya que estaba, tiré una foto para el blog.
De ahí, tocaba 1 hora a intensidad 3 (es decir, a un 75% aproximadamente), pero yo apenas aguanté 15min. Este chico anda demasiado (los ctos. no se ganan así como así claro) y decidí ir para Cerceda a tomarme una coca-cola mientras le esperaba y asi no interfería más en su entrenamiento.


Mientras esperaba tranquilamente, llegaba gente conocida, charlaba con ellos, etc... y así llego Borja, que se tomó su coca-cola tranquilamente, y luego enfilamos para Colmenar por el camino de Cerceda, eso sí, a un ritmo tranquilo para ir recuperando.
Las conclusiones que saco no son más que positivas. Ahora estoy cansado, pero cuando el cuerpo lo asimile, habré subido un pequeño peldaño de esta escalera infinita.

Saludos, nos vemos dandole a los pedales.

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