miércoles, 1 de junio de 2011

4ª Open de Madrid: Ciempozuelos

Bueno, ya estamos por aquí para comentar la crónica de la carrera de este fin de semana en Ciempozuelos. Antes de comenzar a tratar la carrera, hay que reflexionar un poco sobre nuestra Federación Madrileña de Ciclismo, y cómo reventar un deporte. No puede ser que como federación, en el apartado del mountain bike, pongas el día de antes a la 4ª del Open la marcha de la Marmotada. No es que tenga nada contra la Marmotada, pero obviamente, si coinciden las 2 pruebas el mismo fin de semana, poca gente va a doblar, no sólo por un motivo de condición física, sino pienso yo, porque la crisis afecta a todos. Si a esto le unes que el mismo día coincide la carrera de Colmenar Viejo máster (otro cantar, buscar por internet y veréis el pifostio que se montó), y que coincide con una del Open de CyL (aunque aquí no tiene nada que ver la fed. madrileña) pues da como resultado que apenas estuviésemos 20 Élites/Sub23 en la salida de Ciempozuelos.

UN HORNO
Mis condiciones físicas eran buenas, ya que venía del fin de semana anterior, pero no era buena mi condición anaeróbica, que a fin de cuentas, es la que más cuesta trabajar y la que más rápido se pierde. Sabía que el planteamiento de esta carrera iba a ser diferente a las anteriores, buscando remachar al final de la prueba, en las últimas vueltas. Las primeras, iba a ir un poco a remolque.
En el calentamiento (que constó de media vuelta al circuito porque no lo había visto), saludo a la gente que por allí veía, mola mucho el rollo este del btt, todo el mundo te saluda, algunos me preguntaban que tal por arriba en el Soplao, etc. insisto, muy buena gente en el btt. Estamos de cháchara hasta que el juez nos llama al la línea de salida. Las condiciones climáticas, un calor seco de la leche, y de sensación térmica 4000ºC jejeje.
Se da la salida, y no salgo tan bien como en Villa del Prado, y ya desde este punto, noto que tengo las series abandonadas. Sin embargo, en el primer repechín si noto que tengo fuerza para arriba, no para meter un acelerón a lo Rossi, pero sí para poner un ritmo bueno; lástima que aquí las subidas tengan pocos metros y no kilómetros jejeje. El primer descenso por una colina voy detrás de Julián Adrada, con tan mala suerte que se cae abajo del todo, aunque nada considerable, se levanta rápido y para arriba, si me caigo yo, me quedo ahí tumbado al sol un buen rato. El primer tramo de asfalto lo hago a plato grande, y recupero posiciones, pero también es cierto que gasto muchas fuerzas; aquí es donde me doy cuenta que las voy a pasar canutas para terminar decentemente. 
La segunda parte del circuito no tenía mucho misterio, son dos subidas, entre medias un plano largo, y la última de ellas entre un pinar que daba algo de sombra, pero muy muy poquita, y en la que pasabas un calor, vamos, que notabas el pulso en el casco.

MAS QUEMAO QUE LA MOTO SETE
Las vueltas 2 y 3, las pase canutas, parecía una vespino de pueblo quemada. Simplemente no podía apretar, era aguantar el ritmo impuesto, si cogía a gente, bien, que me pillaban por detrás, mala suerte. Sólo podía apretar en los tramos de plano. En las bajadas, bastante tenía con no fostiarme, y eso que no eran nada técnicas. En este tramo es cuando cojo a Dani, que tenía problemas con el cierre trasero, y le digo que venga para delante, que sacaba distancia a los Sub23 de atrás, pero el chaval sigue teniendo problemas con el cierre, y poco a poco, entre que tiene que parar para apretarlo y no cascar los dientes bajando por culpa del cierre, va perdiendo mi rueda; bastante hace el chaval con continuar. Al paso por meta, aprovecho para tomar un gel y pasar bajo las duchas (menudo calor chico, parecía el Open de Etiopía), y noto que según avanzan los kilómetros me voy encontrando mejor, parece ser que ahora ya cojo un poco de ritmo, aunque las sensaciones siguen sin ser las mejores, pero por lo menos ya comienzo a ir más tranquilo de pulso y a disfrutar un poco más de la carrera.

ANTES DE TIEMPO
Estaba terminando mi 4ª vuelta, iba a comenzar la 5ª, y en la zona de meta, al entrar en un bordillo, debí de cogerlo mal, y rajé el neumático, con tan mala fortuna que el tubeless no tenía nada que hacer. Avancé unos 200 metros hasta la zona de avituallamiento y allí pedí una bomba, pero nada, el líquido no sellaba. Que mala suerte, una persona que estaba por allí me ofreció una cámara para terminar la carrera, pero le dije que no, que lo dejase, me insistió por el tema de los puntos, y ahora, en frío, me arrepiento de no haber aceptado el ofrecimiento, porque algún puntillo hubiese rascado. Al poco apareció Dani, que venía con el tema de la rueda, y viendo que ya se había terminado la carrera para nosotros, nos vamos para meta. Una lástima, porque hubiese cogido puntos y porque ya iba decentemente bien como para dar otra vuelta. Pero bueno, así son las carreras, no hay que darle más vueltas, solo esperar que no vuelva a pasar y listo.
No me quiero despedir sin dar las gracias de nuevo una vez más a Borja y Virginia por acercarme a Ciempozuelos, a las personas que estaban en la zona de avituallamiento dándome agua, y que me ofrecieron una cámara cuando pasé por ahí pinchado (otra muestra más del buen ambiente que hay en el Open) para que siguiese y cogiese puntos.
Así pues, nos falta ya sólo una prueba, la última de este Open de Madrid 2011, y para mí la más bonita de todas con diferencia, la de Becerril de la Sierra, que este año será también Open de España. Esperemos que ahí salga una buena carrera.
Y ahora, aparco unos días la bici, porque me toca la prueba más importante, que es el examen del día 8 que tengo en la universidad, así que lo primero es lo primero, y dejamos estos días para descansar las piernas.
 Saludos.


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