miércoles, 27 de octubre de 2010

Maratón Sierra Norte


El domingo día 17 de Octubre fué el Maratón de la Sierra Norte organizado por el club Madroño BTT en la localidad del Berrueco, pintoresca población en la zona norte madrileña. Resulta curioso que a apenas 70km. en línea recta exista una ciudad de 4 millones de habitantes.
La llegada la realizamos a eso de las 7:30, es decir, cuando no han puesto ni las calles, y nos dirijimos a por los dorsales. El Presi ya se había encargado de todo lo nuestro, y en apenas 3 minutos ya teniamos los dorsales, cuando todavía quedaba ¡¡¡1 hora!!! para que diesen la salida. Total, que como el ser humano es tonto pero no gilipollas, decidimos meternos en los coches y poner la calefación, y ya que estábamos, pues charlar un rato sobre como íbamos a sobrellevar la carrera, y cómo teníamos pensado hacerla. Entre que estábamos 5 en el coche, y mirando una movida de un papel de la organización, me quede medio sopa, lo cual indica la preocupación que tenía yo por la carrera.
Así pues, a eso de media hora para la salida (ponganse en situación, es decir, a las 8 y cuarto de la mañana), empiezo a cambiarme dentro del coche, que no es plan pasar frío a lo tonto, y segun estoy listo, me vuelvo a poner el abrigo otra vez.
Era tal el frío que hacía (unos 4ºC marcaba el coche), que por primera vez en mi vida decidí ir con una chaquetilla de entretiempo y unas pernseras para no pasar frío, si hubiese sido una prueba de Rally seguramente habría ido de corto, pero con lo que nos esperaba por delante, pasaba olímpicamente de pasar un ápice de frío a buena mañana, además, sabía yo, porque me conozco a mi mismo, que ese día no tenia piernas, estaba apático, quizás por estar ya pensando más en el año que viene que en lo que me quedaba de este, que era mas bien poco, o mejor dicho nada.
En la salida, aparte del omnipresente frío, conocidos que saludábamos, y vistazo general a la gente, había de todo, como se puede ver en este tipo de pruebas, desde el que lleva tope de gama hasta el que va a pasar el domingo. Se da el pistoletazo, y comienza el primer problema, nada más salir, hay un embotellamiento de narices, pues no se puede pretender meter a 600 tíos por un senderito por el que apenas caben de 2 en 2. Total, que cuando levanto la vista del manillar, la cabeza ya esta a tomar por ahí, menos mal que esta me la iba a tomar con calma, porque si me hubiese querido apretar me iba a cagar en todo lo que viese por estar tan lejos de delante.
Poco a poco, con los primeros tramos técnicos y las subidas durillas voy adelantando a gente. Lo cierto es que de momento me veo bien, manejando bien el desarrollo, aunque tampoco quiero forzar mucho, que aun no llevamos ni 20km. y tampoco es plan petar después por la gilipollez de ahora. Así que después de 13km. de sendero llegamos a una pista en la que me apetece recrearme un poco, y engranando el plato grande (un 42) y las coronas pequeñas me pongo a pasar gente a tutiplén, y veo que cuando aprieto me encuentro bien, aunque no tanto como a mi me gustase, qué le vamos a hacer, la vida es dura y es lo que hay.
Piano piano llegamos al primer avituallamiento, donde decido esperar a los compañeros que vienen por detrás (pues decidí hacerla con gente en vez de en el típico sentido agónico, que era como llevaba haciendo todas las carreras de este año), y a eso de los 2 minutos llegan Oscar y Michael, a los cuales me engancho y comenzamos un tramo plano de ir a toda pastilla.
Todo iba fenomenal, hasta que en una bajadilla sin más complicaciones se me empieza a soltar la cámara superior que llevaba pegada a la tija. Parada, despego del todo la cinta que sujeta a la cinta, y cuando voy a meter la cámara en el bolsillo, ¡¡¡mierda se me cae el móvil entre unas zarzas y no lo veo!!!, vaya faena. Si me veis intentando parar a gente en una bajada en la que se iba rápido, bufff que mal, pasaron unos 5 minutos hasta que un buen samaritano paro y me empezó a llamar. Oía el móvil, pero no lo veía, hasta que agachándome veo que esta a escasos centímetros de mi pie. Después de darle un millón de gracias´y unos 7 minutos después vuelvo a ponerme en ruta.
Ahora ya si que no hay más remedio que volver a darle todo lo fuerte que pueda a los pedales, para poder recortar tiempo con mis compañeros y así pillarles en el avituallamiento. Para arriba iba todo lo rápido que podía, a la mínima engranaba el plato grande, en la bajada del chifladero (bajada muy chula y empinada por cierto), bajo un poco temerario y me meto por un reguero que no era, así que a sacar la bici y volver a ponerla en su sitio, en las subidas, tirando de brazos, piernas, riñones, etc.... vamos que no iba despacio.
En este tramo es donde pillo a Jesús el cual decide pegarse a mi rueda e ir recuperando.
En la llegada al avituallamiento están mis compañeros, coom melón a saco, y en marcha.
A partir de aquí, la ruta se vuelve preciosa, parecía que estábamos en un safari, con las espigas llegándonos a la altura de los muslos y rodando lo más rápido posible, la verdad es que guardo un buen recuerdo de esta parte, tras la cual se comenzaba la ascensión al Medio Celemín, único punto donde lo pase realmente mal. Sin embargo, parece que me conozco cada vez mejor, y supe levantar el pie y comentarle a mis compañeros que ya enlazaría con ellos durante la bajada. Aquí estaba el último avituallamiento en el que pare, en donde cogimos a Javi el del Quad, y de aquí a meta (unos 20km. restaban) todos juntitos y sin más complicaciones.
Etapa dura, bonita y entretenida, aunque el motor ya no da para más a estas alturas del año.
Por último, dar la enhorabuena al compañero de grupeta David "pinturas", que se alzó con la victoria.
Anda que menudo careto llevo al entrar en meta



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