miércoles, 2 de marzo de 2011

Menudo frío

Hoy por la mañana ha tocado salir a entrenar un poco. El plan inicial era hacer series de fuerza subiendo al 14 por detrás, para los que no lo conozcan, lo que sería la subida a la arcipreste desde el pantano de Navacerrada.
Aunque es cierto que hoy hacía ese viento molesto y frío, no era tan exagerado como ayer o incluso el lunes, lo cual invitaba a rodar un poco y calentar las patas. Es cierto que hacía fresco, pero tampoco una burrada. Eso pensé mientras salía de Colmenar y nos encaminábamos al clásico Soto-Cerceda. Todo iba bien, hasta que encaramos la subida al 14.....primero empezó con unos copos pequeños de nieve, luego con un viento del carajo, fuerte y frío, y acto seguido, sin apenas enterarme, en un minuto dejé de sentir las manos mientras subía con el 52-15. Su p... madre, lo pasé fatal, no podía casi ni frenar, me equivocaba al subir de piñón porque pensaba que le iba dando a la palanca y a lo que le daba era al freno, y yo ahí venga a apretar y venga que eso no se movía, hasta que me daba cuenta del error, luego claro, al no subir un piñón, llevas un desarrollo de la leche, y mover eso con ese frío hay que tener mucha fuerza, debido a ello, noto que me empieza a molestar el tendón de la parte posterior de la rodilla, pfff esto no se acaba nunca, la cara duele, las manos duelen, la rodilla izquierda duele......menos mal que sólo fué un kilómetro de subida, y ahí nos dimos la vuelta para abajo. Claudicamos por el frío, no se podían hacer series, no ya por el viento, sino por el frío.
Yo ya sabía que iba jodido de las manos, hacía tiempo que no me sentía así, es más, me atrevería a decir que nunca las he tenido así. Me dejé llevar y me separé un poco del grupo, no quería ir pegado a la rueda del de delante y que en un frenado me pegase el leñazo por no reaccionar a tiempo. Mientras bajaba, aproveché a quitarme el guante izquierdo y mirarme las manos....las tenía rojas, pero de un rojo brillante que llegaba casi hasta la muñeca, nunca me las he visto así, madre mía madre mía.
Según bajábamos, por lo menos algunos dedos comenzaban a recobrar el sentido, y así, subimos por Collado Mediano, y luego de nuevo a la presa de Navacerrada. Por cierto, el agua de la presa parecía el mar, de lo revuelto que estaba.
La parada en Jotas de Cerceda fue como agua de mayo, y el café sirvió más como calefacción que como otra cosa. Una vez estuvimos de nuevo con temperatura decente en el cuerpo, nos decidimos a salir para volver a casa tranquilamente.
Y de ahí hasta casa, poca cosa, por lo menos había recobrado la sensibilidad en las manos. Como podéis suponer, no he realizado fotos, cualquiera sacaba la cámara con las manos en esas condiciones.
Encima, para el viernes dan nieve, y la semana que viene va a venir con frío, lluvia, pfff haber cuando empieza a llegar el calor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario